La caída del cabello es un problema constante y que en muchos casos nos puede amenazar sin previo aviso, observándose una súbita región sin hebras en nuestra cabeza. Esto puede generar inseguridades o problemas de autoestima, a causa de un cambio de imagen brusco.
Aunque en algunos casos “la calvicie” es un camino genético irreversible (y lo asumen de ese modo, adaptándose a su nuevo look), en otros casos la pérdida de cabello no es uniforme, y se presenta solo en algunos sectores.
Eso causa que el paciente no consigue las respuestas a cómo hacer crecer el cabello solo en la zona afectada. La primera razón puede ser porque no se está reconociendo la raíz del problema (alguna enfermedad que pueda ocasionar la alopecia).
Sin embargo, en otros casos está relacionado con que no está recibiendo el tratamiento correcto para ese tipo de alopecia.
Por eso, no solo te mostraremos qué es la alopecia, sino también cuáles son sus dos grandes tipos, así sabrás identificar cuál padeces…
¿Qué es la alopecia?
La alopecia es una enfermedad en donde los folículos se afectan, por lo que se debilita el cabello existente y se impide la presencia de cabello nuevo. Es decir, es la caída del pelo de forma masiva, con problemas o imposibilidad total para regenerarse.
A la alopecia se le conoce médicamente como una enfermedad autoinmunitaria, ya que ocurre en casos donde el sistema inmunitario tiene un desbalance de su funcionamiento y ataca a los propios folículos.
Por eso, es una patología que no nace de infecciones o problemas externos, sino que parte de una actividad propia del organismo. Así, es importante cuando se trata de la alopecia observar si hay procesos biológicos que interrumpen al sistema inmunitario.
En líneas generales, la alopecia se clasifica en 2 grandes grupos: cicatriciales y las no cicatriciales. Se diferencian porque las primeras son reversibles (y aunque con dificultad nace de nuevo el cabello), mientras que las segundas son un daño irreversible.
En cuanto a irreversible nos referimos a que los folículos se dañan hasta el punto de no poder regenerarse. Pero, con terapia de luz ultravioleta o incluso una cirugía capilar, puede solucionarse el carácter permanente.
¿Dónde ataca la alopecia?
La alopecia afecta tanto al cuero cabelludo como a otras zonas donde se generan vellos corporales, razón por la que también se puede presentar una disminución del crecimiento del cabello en la barba, las axilas, las pestañas e incluso la región genital.
La zona generalmente más visible o problemática es el cuero cabelludo, pero algunas personas tienen problemas para generar vellos en sus zonas íntimas o en el área de las pestañas, por lo que están más expuestos a problemas o infecciones.
Estas zonas también son susceptibles a tratamientos, y pueden mejorar si tienen una afección reversible que sea compatible tratar con tónicos y ungüentos para el crecimiento.
¿Por qué puedo sufrir de alopecia?
Hay un componente hereditario muy importante en la aparición de la alopecia. Como es una enfermedad autoinmunitaria, se relaciona con la actividad celular y todo el conjunto de procesos en el que actúa nuestro organismo, generalmente aprendidos.
Esa plantilla de condiciones las adquirimos genéticamente, en el acto de la reproducción y la formación del feto, razón por la que hay padecimientos para los que podemos estar más predispuestos que para otros: La alopecia es uno de ellos.
Sin embargo, también puede desarrollarse por traumatismos o enfermedades. El cáncer en sí mismo y los tratamientos de quimioterapia, generan pérdida de cabello masiva por el fuerte impacto celular de su tratamiento.
Ahora, fracturas y uso de yesos también pueden ocasionar una zona sin vellos permanentemente o con folículos debilitados que producen hebras más finas o de menor tamaño.
La ingesta de ciertos medicamentos es otra razón por la que se origina la alopecia como efecto secundario (los cuales al suspenderse puede volver a crecer el cabello). Por último, el embarazo: la actividad hormonal de la gestación genera caída del cabello.
Aunque también se asocia a temporadas de estrés, este episodio está más encuadrado hacia la caída del cabello por un desorden emocional que a la alopecia.
Más que una enfermedad, es un efecto de un proceso que debilita el sistema inmunitario, pero generalmente sus secuelas son reversibles en todos los casos.
¿Cuáles son los tipos de alopecia?
Como bien hablamos, en términos coloquiales las alopecias pueden ser reversibles o irreversibles. Sin embargo y para entender mejor la diferencia al tratar una u otra, explicaremos cuáles son los tipos de alopecias:
1. Alopecias no cicatriciales
Están compuestas por diferentes tipos de trastorno que ocasionan la pérdida del cabello de forma permanente, debido a la sustitución autoinmunitaria de los folículos por fibrosis o colágeno hialinizado (lo que impide crecimiento de cabello nuevo).
Tales padecimientos se refieren a procesos inflamatorios que son causados por agentes invasivos como la radioterapia, o por actividad inmunitaria debilitada debida a un factor genético.
Se puede detectar porque la piel se muestra apergaminada, tiene una constitución tan firme que es difícil de pellizar o doblar, y puede haber ardor en la zona afectada.
Ahora, su debilitamiento es parte de una afectación sólo de folículo piloso y no de la dermis interfolicular, lo que sigue permitiendo que pueda hacer una cirugía capilar para trasplantar folículos nuevos.
2. Alopecias cicatriciales
Las alopecias cicatriciales son aquellas en las que el folículo piloso no se afecta definitivamente, por lo que puede crecer de nuevo con el tratamiento y estímulo adecuado. Son ocasionadas generalmente por el embarazo, traumatismo, entre otras.
Estas tienen una forma de comportarse diferente: en este caso no hay inflamación de las áreas circundantes y no hay un reemplazo de folículos por fibrosis (es decir, no hay vías obstruidas). De este modo, el problema nace de otra fuente que no crea problemas directos en la dermis.
Al ser de este modo, con tratamientos, tónicos, ungüentos o exposición a luces ultravioletas, puede crecer nuevo cabello rápidamente. Lo que se pide al paciente es disciplina en el tratamiento y la ayuda de complementos naturales para conseguirlo.
No dejes que una alopecia te desanime… Incluso las alopecias no cicatriciales pueden solucionarse con intervenciones quirúrgicas o el empleo de tratamientos con luz. Entonces, entra en control con un médico para encontrar soluciones a tu caso.