El tratamiento del dolor es una rama de la medicina que se encuentra en permanente evolución año tras año.
Las técnicas y los métodos para aliviar o bloquear el dolor antes, durante y después de tratamientos médicos, desde pequeñas intervenciones hasta cirugías de elevada complejidad, dieron un salto de calidad en las últimas décadas. ¡La anestesia local también!
Dependiendo del tipo de operación o procedimiento que se realice, los especialistas, en coordinación con el médico anestesiólogo, indicarán la aplicación de distintos tipos de anestesias.
Estas pueden variar desde anestesias generales, anestesias regionales o, por último, anestesias locales. No todas son iguales y tampoco actúan de la misma manera.
Sigue leyendo y conoce más sobre ¿Cómo se aplica la anestesia local?
¿Qué es la anestesia y para qué se utiliza?
Es lógico y frecuente que un paciente sienta nervios o ansiedades en los momentos previos a someterse a una intervención quirúrgica, incluso si se trata de un procedimiento rápido y de rutina.
El miedo principal es el dolor. Pero, los profesionales cuentan con un conjunto de herramientas para evitarlo y una de las opciones más conocidas es la anestesia local.
Antes de adentrarnos en profundidad en el objetivo de este post, primero debemos despejar una serie de dudas generales que nos ayudarán a comprender de manera más acabada qué es la anestesia, para qué se utiliza y, sobre todo, de qué forma se puede suministrar a un paciente que está por afrontar un procedimiento quirúrgico.
Definida por el Instituto Nacional de la Salud –la agencia de investigación médica dependiente del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos– la anestesia es “un tratamiento médico que evita que los pacientes sientan dolor durante procedimientos como una cirugía”. La anestesia es, en esencia, un agente supresor de todo tipo de dolor.
La anestesia se suministra a través de medicamentos anestésicos: hay una amplia variedad de fármacos para estos fines, aunque los más utilizados son las benzodiazepinas (como el Midazolam, el Diazepam y el Flunitrazepam), los opioides (Fentanilo, Morfina y Meperidina), la Ketamina, el Tiopental sódico, el Etomidato y el Propofol.
Anestesia local, ¿qué es y cuándo se suministra?
Dentro de las tres tipologías de anestesias existentes, la anestesia local es la que menos superficie abarca.
Se suministra para aplacar el dolor en una zona puntual del cuerpo y le permite al paciente permanecer despierto y totalmente consciente todo el tiempo que dure la intervención. Incluso, la recuperación de la persona suele ser más veloz que con la anestesia general.
A pesar de estar lúcido, el paciente no sentirá dolor alguno durante el procedimiento. Solamente podrá percibir leves movimientos o un poco de presión en la zona tratada, pero la anestesia local impedirá la irrupción de cualquier sensación de padecimiento.
Los profesionales médicos suelen aplicar anestesias locales, a pacientes que se realizan intervenciones muy puntuales y de menor complejidad.
Normalmente se utiliza en la odontología para bloquear el dolor al efectuar el arreglo de caries o el reemplazo de piezas dentales. También se usa en cirugías de ojos o para la extracción de lunares.
Formas de aplicación de anestesia local
No existe un único método para la aplicación de medicamentos anestésicos en forma local. Hay tantas técnicas disponibles, que podría decirse que cada procedimiento médico cuenta con una metodología propia.
Eso también dependerá de la historia clínica del paciente, pero fundamentalmente de la intervención a la que se someterá la persona.
Los especialistas señalan dos grandes tipos de suministro de anestesia local. Una de ellas es la anestesia tópica, a partir de la cual el paciente recibirá el fármaco a través de gotas (sobre todo para operaciones vinculadas con los ojos), en forma de spray (se usa mayormente para procedimientos relacionados con la garganta) y cremas o pastas (para la piel en general).
La otra manera de aplicar anestesia local en un paciente es, quizás, la más popular y que todos conocemos. Consiste en la utilización de jeringas y agujas para suministrar el medicamento anestésico por vía de infiltración, un método que suele generar un pequeño dolor al ingresar la aguja en la piel y los tejidos subcutáneos.
Preparación del paciente para recibir la anestesia local
En líneas generales, no existe una indicación puntual para aquellos pacientes que estén por recibir anestesia local. Lo más importante es revelar al profesional médico si se han sufrido reacciones alérgicas con medicamentos en el pasado o si se encuentra bajo algún tratamiento farmacológico puntual.
Existen casos específicos en los que, para evitar el dolor que suele ocurrir al recibir el pinchazo de la anestesia –cuando esta se aplica a través de una inyección–, el especialista puede implementar previamente una crema anestésica que alivie esa sensación de incomodidad, aunque esto depende de la resistencia al dolor que posea cada paciente.
¿Cuánto dura la anestesia local?
Esta es una pregunta recurrente entre los pacientes que se encuentran próximos a someterse a un tratamiento médico o una intervención quirúrgica, aunque esta consista en una práctica sencilla o de rutina: ¿cuánto tiempo dura la anestesia local? Y esto tiene lógica: nadie quiere padecer dolor.
Pero la respuesta es más sencilla de lo que parece: el efecto del medicamento anestésico dependerá puntualmente de la clase de fármaco que se utilice (por ejemplo, la bupivacaina presenta una duración mayor que la lidocaína) y de la dosis que se suministre (mientras más cantidad de medicamento se aplique, mayor será la duración).
También existe otro aspecto clave a tener en cuenta cuando se habla de la duración de los efectos anestésicos de un medicamento: la adrenalina.
Además del tipo de fármaco y de la dosis que se aplique, es fundamental saber si se utilizará o no adrenalina, un elemento conocido como vasoconstrictor que logra, en esencia, una prolongación en el tiempo del efecto de la anestesia.
¿Qué efectos adversos puede tener la anestesia local?
No existen importantes efectos adversos luego de la aplicación de anestesia local, si se notifica previamente a los profesionales médicos acerca de alergias específicas que posea el paciente.
Aunque, lo más frecuente, es un poco de sangrado o una ligera hinchazón en la zona de la aplicación.