Queremos indicar que la calvicie tiene una solución efectiva. Es que una preocupación habitual en los hombres, fundamentalmente a partir de los 35 años de edad, es la incipiente pérdida del pelo y el inicio de un proceso que, si no se toman cartas en el asunto, puede derivar en una calva total. Por ese motivo, es vital saber cuándo hacerse un injerto capilar.
Si bien la tricología –más conocida como medicina capilar – ha evolucionado notablemente en los últimos años, poniendo a disposición de las personas un conjunto de tratamientos, técnicas y métodos revolucionarios para frenar el avance de la calvicie y favorecer el rejuvenecimiento capilar, el trasplante folicular sigue siendo la opción más eficaz de todas.
Aquellas personas que le dan relevancia al aspecto físico y buscan prevenir la caída del pelo, deben asistir a una clínica especializada en la alopecia para asesorarse adecuadamente y elegir el tratamiento que mejor se amolde a sus necesidades.
Y también para tener muy claro, sobre todo, cuándo es el momento indicado para realizar un implante capilar.
¿Qué es la alopecia?
La alopecia es un problema que afecta a hombres de mediana edad (después de los 30 años), aunque en algunos casos la pérdida del cabello puede comenzar de manera temprana, manifestándose incluso a partir de los 20 años.
Conforme a la definición establecida por la Real Academia Española, la alopecia es la “caída o pérdida patológica del pelo”. Esta afección puede darse solamente en el cuero cabelludo o en otras partes del cuerpo, como las axilas, las pestañas, la región genital y el rostro.
¿Cuáles son las causas de la alopecia?
Este problema puede iniciarse de manera progresiva o repentina y sus causas pueden ser múltiples, aunque la más frecuente está relacionada con el vínculo hereditario.
En este tipo de casos, que los especialistas denominan alopecia androgénica, la caída del pelo suele darse en forma gradual y siguiendo patrones lineales.
Otra causa frecuente está vinculada con cambios hormonales que pueden ocurrir durante el embarazo, la menopausia o, incluso, debido a los problemas de tiroides.
Conocida como alopecia areata, suele avanzar de manera aleatoria en el cuero cabelludo y otras partes del cuerpo.
La alopecia también puede deberse al padecimiento de efectos secundarios tras la ingesta de medicamentos determinados, sobre todo aquellos relacionados con tratamientos contra el cáncer, la depresión, la gota o la presión arterial.
Otros factores que actúan de manera directa en la salud capilar son las radioterapias, los sucesos de elevado estrés (en estos casos suele ser temporal) y la realización de peinados que tiran el pelo en forma excesiva o tratamientos que incluyen aceite caliente o productos químicos contraindicados.
¿Qué es el injerto capilar?
Uno de los tratamientos más efectivos contra la pérdida del pelo es el injerto capilar. También conocido como trasplante folicular, este procedimiento consiste en un método estético a partir del cual se logra un reimplante del pelo en áreas que manifiestan un avance de la alopecia.
En concreto, durante un tratamiento de injerto capilar se utiliza el mismo cabello del paciente para lograr un resultado final más natural, ya que de esa manera se mantiene una misma línea en cuanto al color, el grosor y la forma del pelo.
Para realizar este procedimiento se suministra una anestesia local que impide la irrupción de dolor al efectuar la reubicación del pelo, que se quita de una zona poblada y se injerta en otra que presenta menor densidad y volumen. El punto positivo, además del aspecto visual, es que el donante es el mismo paciente.
Otro ítem a tener en cuenta es la duración del pelo injertado. Si bien cada caso puntual depende del organismo del paciente y de los cuidados posteriores al tratamiento, los especialistas estiman que los resultados del trasplante folicular pueden permanecer de manera estable alrededor de veinticinco años.
¿Cuándo es mejor realizar un injerto capilar?
Si bien casi no existe un límite de edad para iniciar el tratamiento, las clínicas de medicina capilar recomiendan acudir a un profesional del rubro en cuanto se empiecen a notar las primeras señales de la caída de pelo, debido a que para ese entonces ya habremos perdido hasta un veinte por ciento de nuestro cabello.
Una persona puede hacerse un injerto capilar en cualquier momento entre los 20 y los 75 años de edad. Lo más frecuente es que, en el caso de las personas que empiezan a sufrir la pérdida de pelo desde edad temprana, lo recomendable es intentar con otros tratamientos para intentar detener lo antes posible el avance de la alopecia.
Si los procedimientos médicos y estéticos que se realizan inicialmente no logran un resultado positivo, entonces el segundo paso aconsejable es intentarlo, ahora sí, con el trasplante folicular.
Las ventajas de hacer este tratamiento lo antes posible tienen una vinculación directa con el envejecimiento natural del organismo: cuanto antes lo hagamos, menos avanzada será la alopecia, habrá menos complicaciones durante la implantación del cabello, la cicatrización será más veloz y eficaz, y los folículos estarán más saludables.
Tipos de injerto capilar
En la actualidad, hay dos clases distintas de injerto capilar. La más conocida y utilizada en todo el mundo es la técnica FUE (Folicular Extraction Unit, por sus siglas en inglés), que consiste en un método levemente invasivo a partir del cual se extraen e implantan los folículos de a uno.
La otra alternativa disponible para realizar la intervención de injertos capilares es la llamada técnica FUSS (Follicular Unit Strip Surgery, en inglés), también conocida como técnica de la tira.
Con este procedimiento se remueve una franja de cabello (usualmente desde la zona lateral o posterior de la cabeza), se la separa en unidades foliculares y se realizan micro injertos en la zona a tratar.
Este último método, además de poseer resultados prácticamente garantizados, es recomendable en personas que cuentan con un cuadro de alopecia avanzado.
El punto en contra es que se trata de una técnica invasiva que implica la realización de cortes en el cuero cabelludo para efectuar el injerto capilar.